En los últimos años, ha habido un cambio significativo en la forma en que los artistas negocian sus contratos con las discográficas. Anteriormente, era común que los sellos discográficos obtuvieran la propiedad de las grabaciones de los artistas a perpetuidad. Sin embargo, en 1997, David Bowie sorprendió a la industria musical al firmar un acuerdo de licencia con EMI America en lugar de un contrato de grabación estándar. Bajo este acuerdo, EMI tendría los derechos de más de dos docenas de álbumes de Bowie durante 15 años, después de los cuales los derechos volverían al artista.
Este tipo de acuerdo era poco común en ese momento, pero hoy en día, cada vez más artistas están exigiendo acuerdos de licencia al principio de sus carreras. Esto se debe en gran parte al hecho de que los artistas pueden construir bases de fans y lograr mucho por sí mismos en la era digital. Como resultado, tienen más poder de negociación con las discográficas y pueden retener los derechos de sus grabaciones.
Sin embargo, el impacto a largo plazo de este cambio en la industria musical aún no está claro. Durante décadas, las discográficas han acumulado grandes catálogos de grabaciones que les han dado un gran poder en las negociaciones de licencias de música. Pero con más artistas reteniendo los derechos de sus grabaciones, es posible que estas discográficas pierdan parte de su poder en el futuro.
Además, el modelo de licencia plantea preguntas sobre la sostenibilidad a largo plazo. Si la mayoría de los acuerdos se convierten en acuerdos de licencia en los que las discográficas no poseen las grabaciones, ¿qué significa eso para el crecimiento continuo de los catálogos que han permitido a los grandes sellos mantenerse dominantes? ¿Cómo afectará esto a la industria musical en general?
En términos prácticos, los acuerdos de licencia varían en duración, dependiendo del poder de negociación del artista. En algunos casos, las discográficas intentarán obtener al menos 20 años de derechos de licencia. Esto significa que, en teoría, las canciones lanzadas en los últimos cinco años podrían regresar a los artistas en un futuro cercano, escapando del control de las discográficas.
Este cambio en la forma en que se negocian los contratos también plantea preguntas sobre cómo las discográficas se adaptarán a este nuevo modelo. Durante décadas, se han construido sobre la propiedad de los derechos de autor de las grabaciones, pero ahora se enfrentan a la posibilidad de perder parte de ese control. ¿Cómo afectará esto a su capacidad para generar ingresos y mantener su posición dominante en la industria?
En resumen, el aumento de los acuerdos de licencia en la industria musical es un cambio significativo que plantea muchas preguntas sobre el futuro de las discográficas y la industria en general. A medida que más artistas retienen los derechos de sus grabaciones, es posible que veamos un cambio en el poder y la dinámica de la industria musical en los próximos años. Solo el tiempo dirá cómo se desarrollará esta situación y cómo afectará a todos los involucrados en la industria.