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Demetrius Hunter conoce de primera mano las exigencias físicas del fútbol, especialmente en las trincheras, donde los cascos hacen contacto constante. El pívot de los Houston Cougars estima que se golpea la cabeza unas 500 veces durante la práctica.
Este nivel de contacto enfatiza la importancia de la seguridad de los jugadores y también explica la adopción por parte del equipo de Guardian Cap, una cubierta de casco suave diseñada para reducir el riesgo de lesiones en la cabeza.
“Cuando estás en las trincheras, haces contacto en cada jugada”, dijo Hunter al Houston Chronicle. “El acolchado adicional es por seguridad y te da una excusa para escapar”.
Esta gorra supone uno de los mayores avances científicos en el fútbol de las últimas décadas. La necesidad de reducir la gravedad de las lesiones en la cabeza ha estado en primer plano desde que la NFL llegó a un importante acuerdo sobre conmociones cerebrales con exjugadores.
“Trabajamos en todo a toda velocidad. En la práctica, nada es un recorrido”, añadió Hunter. “Los entrenadores podrían decir: ‘Está bien, vamos a ir con un 75% a un 80%’, pero no puedes llegar a la mitad en la línea ofensiva”.
Las gorras de guardián son necesarias para los jugadores en posiciones que implican mucho contacto con la cabeza, como linieros ofensivos y defensivos, apoyadores y alas cerradas, y brindan protección adicional. El límite ha sido ampliamente adoptado y más de 500 universidades, incluida Houston, lo han incorporado a sus prácticas. La decisión de la NFL de permitir que se usen gorras Guardian en los juegos de la temporada regular resalta aún más su efectividad, con datos que muestran una reducción del 50% en las conmociones cerebrales entre los jugadores que usan gorras Guardian.
Jugadores como Hunter y su compañero Torren El Coppage, que han sufrido conmociones cerebrales en el pasado, elogian la mejora en la seguridad.
“El año pasado por esta misma época sufrí una conmoción cerebral en el campamento”, dijo El Coppage. “Sigo recibiendo la misma cantidad de golpes, pero definitivamente me siento más protegido que antes”.
The Guardian Cap les brinda tranquilidad al saber que existen medidas adicionales para protegerlos contra los riesgos a largo plazo asociados con traumatismos craneoencefálicos repetidos, como la encefalopatía traumática crónica (CTE).
La gorra calma la mente de los jugadores y, dada la naturaleza física del deporte, les permite preocuparse menos por problemas de salud futuros y centrarse en el deporte que aman. Esto es beneficioso para muchas personas involucradas en el juego.
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